A comienzos del S. XX, se produce en Europa una profunda crisis de valores que propaga la falta de fe en la ciencia, el progreso y la razón. Esto, junto con la pérdida de colonias durante el “Desastre del 98”, en el caso de España, provoca una reacción por parte de los escritores españoles contra la literatura decimonónica y contra el utilitarismo de la burguesía. Dando lugar a la aparición de un movimiento con carácter de renovación.
El Modernismo surge en Hispanoamérica de la mano del nicaragüense Rubén Darío (autor de Azul, Prosas Profanas o Cantos de vida y esperanza). Se trata de un movimiento antiburgués, antirrealista y antivulgar, que nace del inconformismo. A menudo se busca la idealización de la realidad, la belleza absoluta y la perfección formal. Recibe la influencia de algunos movimientos franceses como el Parnasianismo, que postulaba “el arte por el arte”, el exotismo, la ornamentación y un léxico cuidado; el simbolismo y su gusto por las sensaciones y la musicalidad, la intuición y la sugerencia; el decadentismo, vinculado a la bohemia y al rechazo del materialismo y los valores burgueses; y el romanticismo con su melancolía e imaginación. Los temas que desarrollaron en sus obras fueron el desasosiego interior, en un tono de hastío y melancolía; el escapismo (la evasión nutrida con el exotismo de la elegancia parnasiana); el cosmopolitismo (sienten devoción por París); el amor y el erotismo, que conviven con el tópico de la mujer fatal; o los temas hispánicos, que responden al deseo de buscar las raíces de la propia identidad. En el Modernismo español suelen distinguirse dos periodos: desde el primer viaje de Rubén Darío a España en 1892 hasta 1903 se representa el Modernismo más parnasiano como se observa en Alma (1902) de Manuel Machado; y desde la aparición de la revista Helios (1903) hasta la muerte de Rubén Darío en 1916, el simbolismo es evidente en obras como Soledades, de Antonio Machado, Arias tristes y Jardines lejanos, de Juan Ramón Jiménez. El Modernismo supuso una importante renovación de la lengua poética con el uso de: recursos estilísticos caracterizados por su valor ornamental o poder sugeridor (aliteraciones, sinestesias, metáforas, efectos sonoros…); y de un léxico selecto (palabras esdrújulas, cultismos, arcaísmos, neologismos…) En la métrica, los versos preferidos fueron el alejandrino, el eneasílabo y el dodecasílabo; renovaron algunas estrofas como el soneto y emplearon los pies acentuales. El Modernismo en España dio lugar a modalidades más intimistas e introspectivas. Destacamos a: Salvador Rueda; Manuel Machado; Antonio Machado, en su primera época; y Juan Ramón Jiménez, en su llamada “época sensitiva”. En prosa destacamos Sonatas de Valle-Inclán y Platero y yo de Juan Ramón; y la figura de Francisco Villaespesa y Eduardo Marquina en teatro.
En paralelo se incluye en España la llamada GENERACIÓN DEL 98 (término acuñado por Azorín) con Unamuno, Baroja, Azorín, A. Machado, Valle-Inclán y Maeztu, con el precedente de Ángel Ganivet. En las obras de la G. 98 se aprecia la presencia de temas que se repiten: el tema de España, temas existenciales, Castilla (idealización del paisaje) y subjetivismo y actitud idealista. Su estilo se caracteriza por la sobriedad, el gusto por palabras tradicionales o castizas, o la técnica impresionista en las descripciones.
Los hombres del 98 configuraron el ENSAYO moderno con un especial interés en: el presente y porvenir de España donde se evoluciona de un radicalismo crítico a posiciones más moderadas y sentimentales donde predomina el propósito de exaltar el paisaje de Castilla.Destacamos a Ángel Ganivet con Ideárium español, que ve en la abulia las causas del atraso cultural en España; Miguel de Unamuno con En torno al casticismo desarrolla el concepto de intrahistoria, Vida de don Quijote y Sancho y Por tierras de Portugal y España; Ramiro de Maeztu con Defensa de la Hispanidad, donde proclama la identidad de lo hispánico con el catolicismo; y Azorín el cual escribe acerca de España y sus paisajes (Los pueblos y Castilla) y sobre crítica literaria (Clásicos y modernos); y en conflictos existenciales y religiosos: Miguel de Unamuno Del sentimiento trágico de la vida y La agonía del cristianismo.
La NOVELA del 98 comienza en 1902 con la publicación de: La voluntad, de Azorín; Camino de perfección, de Pío Baroja; Amor y pedagogía, de Unamuno; y Sonata de otoño, de Valle-Inclán. En general, puede decirse que crearon una novela llena de subjetivismo en la que pierde importancia el argumento y que escapaba a las convenciones del género, acercándose a lo poético o a lo ensayístico. Unamuno renovó la técnica narrativa con la creación de la nivola: novelas de ideas, con poco hilo argumental en las que lo importante es el mundo interior de los personajes, no las circunstancias externas. La narración busca la brevedad. Presenta al protagonista en su lucha existencial y concede gran importancia al diálogo. Niebla, San Manuel Bueno, mártir. Baroja es el novelista por excelencia. En su obra plasma su pesimismo y escepticismo radical. Concibe la novela como género multiforme que abarca todo (reflexiones políticas y filosóficas, la acción, críticas sociales…) Sus personajes están destinados al fracaso. Su estilo es conciso, sobrio, claro y directo. Agrupó sus obras en trilogías. Destacamos Zalacaín el aventurero, La Busca, o El árbol de la ciencia. Valle-Inclán evolucionó desde el modernismo (Sonatas) al esperpento (Tirano Banderas, donde satiriza al dictador hispanoamericano Santos Banderas y El ruedo ibérico). Azorín convierte la novela en un género híbrido entre narración, ensayo y poema en prosa. Sus descripciones que nos acercan al detalle y su técnica impresionista dotan sus novelas de subjetivismo y lirismo. Su vocabulario es amplísimo y rescata palabras del habla rural y arcaísmos. En su sintaxis predomina la frase corta. La voluntad, Antonio Azorín, Las confesiones de un pequeño filósofo y Doña Inés.
La POESÍA la cultivaron: Unamuno con El Cristo de Velázquez (problemas existenciales) y Antonio Machado que es el gran poeta del 98. En su trayectoria distinguimos tres etapas: 1a etapa (modernista): Soledades (1903), posteriormente renombrada Soledades, galerías y otros poemas. Es frecuente el uso de símbolos (el camino como la vida); 2a etapa (noventayochista): Campos de Castilla (1912) Trata problemas discutidos en la G98 y el paisaje castellano le sirve para meditar sobre la realidad española; y 3a etapa (reflexiva): Nuevas canciones (1924).Cultivaron el TEATRO: Unamuno, quien creó un teatro “desnudo”, que plantea también conflictos existenciales, como en Fedra y, sobre todo, Valle-Inclán, quien renovó la escena con su máxima creación el esperpento, el más famoso es Luces de Bohemia (1920).